jueves, 9 de mayo de 2013


MICROMACHISMOS
LA VIOLENCIA INVISIBLE EN LA PAREJA


Los comportamientos "invisibles" de violencia son definidos como "micromachismos", son descriptos, clasificados y analizados sus efectos sobre la autonomía y psiquismo de las mujeres.
Las mujeres maltratadas, varones violentos: dos dramáticos aspectos de las asimétricas relaciones de género.

I.            PODER Y GÉNERO
El poder no es una categoría abstracta; el poder es algo que se ejerce, que se visualiza en las interacciones (donde sus integrantes lo despliegan). Este ejercicio tiene un doble efecto: opresivo, pero también configurador en tanto provoca recortes de la realidad que definen existencias (espacios, subjetividades, modos de relación, etcétera). La desigual distribución del ejercicio del poder de dominio conduce a la asimetría relacional. La posición de género (femenino o masculino) es uno de los ejes cruciales por donde discurren estas desigualdades de poder, y la familia/pareja, uno de los ámbitos en que se manifiesta. Este poder de dominio masculino, arraigado como idea y como práctica en nuestra cultura se mantiene y se perpetúa, entre otras razones por:


§  La división sexual del trabajo, que aún adjudica a la mujer el espacio doméstico.
§  Su naturalización y su inscripción axiomática en las mentes de mujeres y varones.
§  La falta de recursos de las mujeres y la deslegitimación social de su derecho a ejercer el poder autoafirmativo.
§  El uso por los varones del poder de macrodefinición de la realidad y del poder de microdefinición, que es la capacidad y habilidad de orientar el tipo y el contenido de las interacciones cotidianas en términos de los propios intereses, creencias y percepciones.

II.            LOS MICROMACHISMOS

Son prácticas de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana, alude en el lenguaje popular, a una connotación negativa de los comportamientos de inferiorización hacia la mujer. Los Micromachismos comprenden un amplio abanico de maniobras interpersonales que impregnan los comportamientos masculinos en lo cotidiano. Es decir, los Micromachismos son microabusos y microviolencias que procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que sutilmente atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal si ella no las descubre, y sabe contramaniobrar eficazmente.

III.            MICROMACHISMO COERCITIVO
El varón usa la fuerza, para intentar doblegar a la mujer, limitar su libertad y explorar el pensamiento, el tiempo o el espacio, y restringir su capacidad de decisión. Algunas características del Micromachismo:

§  INTIMIDACIÓN
Este es un Micromachismo que está en el límite entre la violencia psicológica y los Micromachismo propiamente dicho. Implica un arte en el que la mirada, el tono de voz, la postura y cualquier otro indicador verbal o gestual pueden servir para atemorizar.

§  CONTROL DEL DINERO
Gran cantidad de maniobras son utilizadas por el varón para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitándole su acceso a la mujer. Se incluye también en este apartado la negación del valor económico que supone el trabajo doméstico y la crianza y el cuidado de los niños.

§  NO PARTICIPACIÓN EN LO DOMÉSTICO
Basada en la creencia que lo doméstico es femenino y lo público masculino, por esta grupo de maniobra se impone a la mujer hacerse cargo del cuidado de algo común: el hogar y las personas que en ella habitan.

§  USO EXPANSIVO-ABUSIVO DEL ESPACIO FÍSICO Y DEL TIEMPO PARA SÍ
Este grupo de Micromachismo se apoya en la idea de que el espacio y el tiempo son posesión masculina, y que por tanto la mujer tiene poco derecho a ellos.

§  INSISTENCIA ABUSIVA
Conocido popularmente como "ganar por cansancio", este Micromahismo consiste en obtener lo que se quiere por insistencia inagotable, con agotamiento de la mujer que se cansa de mantener su propia opinión, y al final acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.

§  IMPOSICIÓN DE INTIMIDAD

Este Micromachismo consiste en una acción unidireccional de acercamiento cuando el varón desea, es una práctica coactiva en cuanto el varón no se molesta en negociar movimientos hacia la intimidad. Muy típico ejemplo de esto es la seducción forzada cuando él quiere sexo.

§  APELACIÓN A LA "SUPERIORIDAD" DE LA "LÓGICA" VARONIL
La "razón" (varonil) para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer. Utilizada por varones que suponen que tienen la 'única" razón o que la suya es la mejor.

§  TOMA O ABANDONO REPENTINOS DEL MANDO DE LA SITUACIÓN
Estas son maniobras o menos sorpresivas de decidir sin consultar, anular o no tener en cuenta las decisiones de la mujer, basados en la creencia del varón de que él es el único que tiene poder de decisión.
IV.            MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS
Estos Micromachismos son los que atentan de modo más eficaz contra la simetría relacional y la autonomía femenina, por su índole insidiosa y sutil que los torna especialmente invisibles en cuanto a su intencionalidad. Aprovechan su confiabilidad afectiva y provocan en ella sentimientos de desvalimiento o impotencia, acompañadas de confusión, zozobra, culpa, dudas de si, (al no haber coerción evidente) que favorecen el descenso de la autoestima y la autocredibilidad. De ellos he podido detectar hasta ahora los siguientes grupos que he discriminado a los fines descriptivos, pero que en general se ejecutan en una compleja y astuta mezcla:
§  ABUSO DE LA CAPACIDAD FEMENINA DE CUIDADO
Este es el grupo de Micromachismo probablemente más avalado y silenciado por la cultura. El varón utiliza y explota la capacidad de las mujeres de cuidado hacia otras personas. Esta capacidad está muy desarrollada en ellas por efectos de su socialización que las impele a "ser para otros". Entre estos Micromachismo tenemos:

a.       Maternalización de la mujer. La inducción a que la mujer sea como una madre tradicional: cuidadosa y comprensiva, es una práctica que impregna el comportamiento masculino.
b.      Delegación del trabajo de cuidado de los vínculos y las personas. Maniobras basadas en la creencia que lo doméstico y el cultivo de la conexión son patrimonio de la mujer. Se impone aquí de diversos modos que la mujer crea que es la encargada de cuidar la vitalidad de la pareja, el desarrollo de la cría y de los vínculos con ellos/as, con la familia de él e incluso con sus amigos.
c.       Requerimientos abusivos solapados: son pedidos sin pedir explícitamente, "mudos", que apelan a activar automáticamente los aspectos "cuidadores" del rol femenino tradicional y hacer que la mujer cumpla ese pedido sin percatarse que lo está haciendo por coacción.

§  CREACIÓN DE FALTA DE INTIMIDAD
Suele decirse que los varones tienen dificultades para la intimidad. Esto es cierto, pero también es cierto que la evitación de la intimidad es un recurso de dominación que ellos utilizan cotidianamente. Aquí podemos considerar diferentes grupos:


a.       Silencio. La renuencia a hablar o hablar de sí es una actitud habitual en los varones desde tiempo inmemorial y que recientemente se vuelve problemática al ponerse en entredicho la autoridad masculina y las mujeres exigir conexión.
b.      Aislamiento y puesta de límites. Estas son maniobras de puesta de distancia e imposición de no acercamiento que suelen utilizarse cuando la mujer quiere intimidad, respuestas o conexión y no se inhibe con el silencio. Como el silencio, estos Micromachismo imponen las reglas de vinculación.
c.       Avaricia de reconocimiento y disponibilidad. Estas son maniobras múltiples de retaceo de reconocimiento hacia la mujer como persona y de sus necesidades, valores, aportes y derechos.
d.      Inclusión invasiva de terceros (amigos, reuniones y actividades) Con esta maniobra se limita al mínimo o se hace dejar de existir los espacios de intimidad. A veces está acompañada de la acusación a la mujer de ser "poco sociable".

§  SEUDOINTIMIDAD
En este grupo de Micromachismo el varón dialoga, pero manipulando el diálogo, de modo de favorecer el control y el ocultamiento, dejando a la mujer con menos poder al retacearle sinceridad.
a.       Comunicación defensiva-ofensiva. El objetivo de la comunicación no es aquí la apertura sino que se habla para imponer y convencer. Existen defensas y ataques para imponer las propias razones, y no apertura ni negociación.

b.      Engaños y mentiras. Aquí el varón oculta u omite información para desfigurar la realidad y seguir aprovechando ventajas que si fuera sincero perdería. Oculta lo que no conviene que la mujer sepa, para no ser perjudicado en lo que no quiere perder, fundamentalmente poder de decisión.

§  DESAUTORIZACIÓN
Estas maniobras están basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la razón, lo correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar superior. Presuponen el derecho a menospreciar. Conducen a inferiorizar a la mujer a través de un sinnúmero de desvalorizaciones. Entre las desautorizaciones tenemos diferentes subgrupos:
a.       Descalificaciones. Suponen el derecho a valorar negativamente las actitudes de la mujer, denigrándola y no dándole el derecho a ser valorada y apreciada a menos que obedezca las "razones" del varón y haga lo que según él es "correcto".
b.      Negación de lo positivo. No se reconoce a la mujer sus cualidades ni los aportes positivos que hace al vínculo y a la vida cotidiana, especialmente el valor del trabajo doméstico.
c.       Colusión con terceros. Aquí, el varón intenta establecer alianzas con las personas con los que la mujer tiene vínculos afectivos (parientes, amistades) a través del relato de historias sesgadas, secreteos, etc., con el objetivo de desautorizarla y dejarla sola y a su merced.
d.      Terrorismo misógino. Se trata aquí de comentarios descalificadores repentinos y sorpresivos, tipo 'bomba", realizados generalmente en el ámbito público, que dejan indefensa a la mujer por su carácter abrupto.
e.       Autoalabanzas y autoadjudicaciones. En estas maniobras, se desautoriza a la mujer a través de la hipervaloración que hace el varón de sus propias cualidades o aportes, así como autoadjudicándose espacios, objetos o tiempos que se niegan al mujer.
§  PATERNALISMO
Se detecta sobre todo cuando ella se opone al aniñamiento, y él no puede tolerar que ella sea autónoma y no controlarla.
§  MANIPULACIÓN EMOCIONAL
El varón utiliza el afecto no para el intercambio emocional sino como instrumento para lograr el control de la relación. Se emiten mensajes que se aprovechan de la confianza y la afectividad de la mujer para promover en ella dudas sobre sí misma y sentimientos negativos, generando inseguridad y dependencia. De entre su amplia variedad podemos destacar:
a.       Culpabilización-Inocentización. Este Micromachismo presenta dos caras. Por una, se hace sentir a la mujer en falta de los modos más variados, generalmente apelando a su "no saber hacer", o a no desempeñar "correctamente" su rol de esposa o madre. Por la otra cara de esta maniobra, el varón nunca se siente responsable de nada, es decir, es inocente en cuanto a la producción de disfunciones en lo cotidiano.
b.      Dobles mensajes afectivos: En este tipo de maniobras el varón emite mensajes de afecto con un fin manipulativo oculto y que dejan a la mujer sin posibilidad de reacción: si los acepta, es manipulada, si no los acepta es culpabilizada por no ser afectuosa.
c.       Enfurruñamiento: Acusación culposa no verbal frente a acciones que no le gustan al varón, pero a las cuales no se puede oponer con argumentos "racionales".

§  AUTOINDULGENCIA Y AUTOJUSTIFICACIÓN
En estas maniobras el varón se autojustifica o es muy indulgente consigo mismo frente a la no realización de tareas o actividades que hacen al cultivo de un vínculo igualitario. Procuran bloquear la respuesta de la mujer ante acciones e inacciones del varón que la desfavorecen puesto que al no hacerlas él. Entre ellas podemos nombrar:
a.       Hacerse el tonto. En este Micromachismo el varón elude responsabilizarse por sus actitudes injustas, su desinterés en el cambio o el no tener en cuenta a la mujer apelando a diversas razones que, según él, son inmodificables. 
b.      Impericias y olvidos selectivos. Esta maniobra consiste en evitar responsabilidades a partir de declararse inexperto para determinadas tareas (limpiar la cocina por ejemplo) o manejo de aparatos (lavadora, lavavajillas), ocultando su nula predisposición para el aprendizaje. En este grupo se incluyen también los olvidos selectivos, aquellos que no son producto de la desmemoria.
c.       Comparaciones ventajosas. Con esta maniobra el varón intenta acallar los reclamos de la mujer apelando a que hay varones peores que él, y que entonces no debería quejarse.
d.      Seudoimplicación doméstica. Este Micromachismo es frecuente entre los varones progresistas, que demuestra que no existe un deseo de real corresponsabilidad en lo doméstico.
e.       Minusvaloración de los propios errores. Los propios errores, descuidos, desintereses y equivocaciones en lo que hace al trabajo doméstico y de conexión son poco tenidos en cuenta y fácilmente disculpados.

MICROMACHISMOS DE CRISIS
Estos Micromachismo suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable disbalance de poder en las relaciones, tales como aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del varón por razones de pérdida laboral o de limitación física. Pertenecen a esta categoría:
§  HIPERCONTROL
Este Micromachismo consiste en aumentar el control sobre las actividades, tiempos o espacios de la mujer, frente al temor que el aumento real o relativo de poder de ella pueda dejarlo a él en un segundo lugar e inferiorizado.
§  SEUDOAPOYO
Apoyos que se enuncian sin ir acompañados de acciones cooperativas, realizados con mujeres que acrecientan su ingreso al espacio público.
§  RESISTENCIA PASIVA Y DISTANCIAMIENTO
Este Micromachismo consiste en utilizar diversas formas de oposición pasiva y abandono: falta de apoyo o colaboración, desconexión, conducta al acecho distanciamiento, amenazas de abandono o abandono real.
§  REHUIR LA CRÍTICA Y LA NEGOCIACIÓN
Con este Micromachismo se intenta acallar los reclamos de la mujer respecto a las actitudes dominantes del varón y evitar el cambio sosteniendo que él no lo deseó. Se acompañan generalmente de culpabilización hacia el cambio femenino.

PROMESAS Y HACER MÉRITOS
Maniobras en las que frente a reclamos de la mujer el varón realiza modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente por conveniencia, sin cuestionarse la creencia errónea de la "naturalidad" de la tenencia de dicha posición.
§  Victimismo
Por este Micromachismo el varón se declara víctima inocente de los cambios y "locuras" de la mujer., con culpabilización acompañante para intentar doblegarla.
§  Darse tiempo
Este Micromachismo consiste en postergar y alargar el tiempo de decidirse a darle importancia a los cambios y reclamos femeninos o a cambiar, hasta que haya algo que obligue.
§  Dar lástima
Cuando el varón realiza este Micromachismo procura que se apenen de él para lograr que la mujer ceda.
EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS
W. Shakespeare ilustra, espléndidamente, las estrategias de utilización de muchas de estas maniobras en función de dominar a la mujer, restringiendo con hábiles artes su autonomía, en su obra "La fierecilla domada".  La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de autoafirmación de la mujer, forman una explosiva mezcla con enormes efectos negativos para ella y el vínculo que, como decíamos al comienzo de este artículo suelen ir haciéndose visibles a largo plazo.
En las mujeres los Micromachismo suelen provocar:
§  Un agotamiento de sus reservas emocionales y de la energía para sí, con una actitud defensiva o de queja ineficaz por el sentimiento de derrota e impotencia que producen.
§  Un deterioro muchas veces enorme de su autoestima, con aumento de la desmoralización, aumento de la inseguridad y disminución de la capacidad de pensar.
§  Una disminución de su poder personal y parálisis del desarrollo personal.
§  Un malestar difuso, una irritabilidad crónica y un hartazgo de la relación, de los cuales se culpan por no percibir que su producción es por presión externa, y que son frecuentes motivos de consulta a los dispositivos de salud mental.
En los varones los efectos de su ejecución de los Micromachismo suelen ser:
§  Un aumento o conservación de su posición superior y de dominio, con desinterés creciente de las necesidades y derechos de la mujer.
§  Una afirmación de su identidad masculina, sustentada en las creencias de superioridad sobre la mujer y la autonomía autoafirmativa con negación de la vincularidad.
§  Un aislamiento receloso creciente, ya que el dominio no asegura el afecto femenino, sólo obediencia.
Finalmente, los Micromachismo producen en el vínculo:
§  El encarrilamiento de la relación en dirección a los intereses del varón, favorecido esto por el mandato cultural hacia las mujeres de que acepten al varón como es, y que a lo sumo lo traten con sus armas "ocultas".
§  Etiquetamiento de la mujer como "la culpable" del deterioro del vínculo, cuando ella desea un cambio y él se niega a moverse hacia la igualdad.
§  Guerra fría, transformación de la pareja en adversarios convivientes, y empobrecimiento de la relación, creándose el terreno favorable para otras violencias y abusos.

CONSIDERACIONES FINALES

 Esta larga enumeración de maniobras y sus efectos haya sido fatigosa y haya provocado alivios y rechazos. Como en todo tema que se desvela, suele ser más frecuente que sientan alivio aquellos a quienes la invisibilización los desfavorecía, y rechazo quienes se sentían favorecidos por dicha invisibilización. Así, ponerlos en evidencia debería ser útil para las que las mujeres pudieran:
§  Legitimar y ampliar su registro perceptivo de los comportamientos masculinos de dominación que ellas sufren y que los varones generalmente no reconocen realizar.
§  Reconocer el lenguaje de acción y manipulación- que no de palabras -, tan propio de los varones pese a la creencia que la manipulación es un arma fundamentalmente femenina.
§  Disminuir la culpabilización inducida por estas maniobras y recuperar su pensamiento y posibilidades de acción autónoma en la vida de pareja cotidiana.
§  Aumentar las posibilidades de crear sus modos de evitación y resistencia ya que lo que se ve claramente puede ser mejor combatido.
§  También y de modo importante, saber de sus efectos, porque el no poder detectar que muchos de los malestares emocionales e inseguridades son provocados por el ejercicio de los Micromachismos.
ANEXO PARA PSICOTERAPEUTAS

Estoy cada vez más convencido de que el abordaje de la violencia masculina no puede centrarse sólo en sus formas extremas, ellos generan alto monto de sufrimiento, relaciones defensivo-agresivas y disbalances de poder, que se oponen a la plena potenciación de las personas. A diferencia de las grandes situaciones de violencia, que requieren un contexto terapéutico más o menos especial, en todo espacio psicoterapéutico pueden detectarse y pensar caminos para develar, desactivar y transformar los Micromachismo. En cuanto a las estrategias de desactivación y transformación, no es propósito de este anexo desarrollarlas, aunque sí creo necesario enumerar algunos requisitos que necesita cumplir el/la terapeuta que desee enfrentarse a la tarea de transformación de estas prácticas:
a.      En lo personal:
§  Intentar develar sus puntos ciegos y revisar sus prejuicios sexistas en relación con su propia posición de género, los aspectos asimétricos de su relación con el otro género y sus creencias sobre la responsabilidad del trabajo doméstico.
§  Revisar sus ideas y comportamientos en relación con la reciprocidad en el cuidado entre las personas, la justicia y la democracia en los vínculos.
§  Aclararse las propias creencias sobre la determinación de los comportamientos de dominación y sus eventuales justificaciones, y la propia reacción frente a ellos (temor, parálisis o enfrentamiento).

b.      En lo teórico-técnico:
§  Incluir la ética del cuidado mutuo y de la democratización de la vida cotidiana como marco referencial, para ayudar a los varones a hacerse responsables de los efectos de su propia conducta.
§  Conocer los modos de construcción de la condición masculina, sus privilegios y sus costos, a fin de ayudar a la pareja y al propio varón a desconstruir los aspectos dominantes del rol masculino tradicional.
§  Tener una actitud clínica de alerta para detectar las maniobras de control de los varones.
§  Saber que es probable que el varón intente ejercer maniobras de control sobre el o la terapeuta, más si es mujer.
§  Tener la capacidad de confrontar, de soportar confrontaciones y de poner en práctica la autoafirmación de modo asertivo.
§  Estar capacitado/a para realizar intervenciones que hagan impacto sobre el balance de poder interpersonal.


COMENTARIO
En los últimos tiempos, los periódicos abundan en noticias sobre casos de violencia doméstica en los que las víctimas, por lo general, son las mujeres. Historias dramáticas de agresiones por parte del esposo o el compañero, con golpes, palizas y escenas de violencia que las mujeres aguantan durante años y que, en muchos casos, tienen un desenlace fatal. Los micromachismos son un amplio abanico de maniobras interpersonales que realizan los varones para intentar mantener el dominio sobre la mujer objeto de su maniobra; reafirmar o recuperar dicho dominio ante una mujer que se “rebela” a ocupar “su lugar” en el vínculo intergenérico y resistir al aumento de poder de la mujer con quien se vincula.

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